El tamaño perfecto para cada habitación
Un cuadro pintado a mano de gran formato deja a una habitación pequeña sin espacio para respirar, mientras que un cuadro en acrílico pequeño en una amplia oficina está condenado a ser insignificante. La obra desarrolla todo su potencial sólo cuando esta combina con el espacio. Por su simetría las pinturas cuadradas atraen todas las miradas y como profesional de la decoración puede hacer uso de estos centros de atención para su proyecto de home staging y causar impresión entre los clientes. Los diseños expresivos impresionan en cualquier formato, por lo que su tamaño dependerá sólo del espacio en el que vayan a ser colocados.
El estilo no tiene nada que ver con el tamaño
El estilo no se puede comprar. Se tiene o no se tiene. Y tampoco tiene nada que ver con el tamaño. Las pequeñas obras maestras llegan al corazón de los amantes del arte de la misma manera que lo hacen las piezas de gran tamaño. Y también en el caso de las esculturas y decoraciones murales acabadas a mano, el tamaño sólo dependerá de dónde quiera colocar la obra:
Las piezas pequeñas son perfectas para colocarlas sobre la cómoda o sobre el escritorio de su oficina
Las decoraciones medianas están ese ansiado punto medio, porque a pesar de ser discretas no se las pasa por alto
Una gran pieza decorativa colmará de elegancia la entrada de su hotel o su despacho
En KunstLoft no buscamos figuras y cuadros pintados a mano según su tamaño, sino que nos dejamos llevar por los diseños agradables y fascinantes. La elección de colores también es muy importante. Con un lienzo en amarillo da la bienvenida, ya que este luminoso color recuerda a los girasoles, al amanecer y a la cálidez, a la par que transmiten alegría y energía positiva en su salón u oficina.
Pasión por la decoración
Usted quiere que su personalidad se refleje en la obra que ha elegido y dejar un impresión permanente en sus visitas. Escoja con cuidado el tamaño de su próxima pieza decorativa, aunque también en la elección del estilo ha de reinar la atención. Un cuadro pintado a mano en acrílico de estilo shabby chic sólo despliega sus encantos con la decoración adecuada, mientras que una escultura Pop Art destaca mejor en un entorno de colores ópacos. ¡Piense bien en qué pieza le hará perder la cabeza!